Guía de consejos para superar una recaída.
El dejar de fumar es un proceso que tiene muchas subidas y bajadas, en especial durante las primeras semanas.
Y no es para menos, de acuerdo al Instituto Nacional de Salud de los EE.UU (NIH por sus siglas en inglés), el exfumador promedio necesita al menos tres intentos fallidos para dejarlo para siempre.
Afortunadamente, las recaídas no son tan graves si sabes cómo superarlas. Es por eso que el día de hoy te traemos una lista de consejos que te ayudarán a dejar el cigarrillo en el caso de que hayas vuelto a fumar.
No está todo perdido y déjalo de inmediato
Al darte cuenta que sufriste una recaída, lo primero que debes hacer es dejarlo.
Aunque parezca una obviedad, el primer paso luego de volver a fumar es dejarlo lo antes posible y seguir el proceso. Es decir, si terminaste comprando un paquete/cajetilla de cigarrillos, tírala a la basura de forma inmediata. Entre más rápida sea la reacción, más sencillo será superarlo.
Por cierto, para que esto sea todavía más efectivo, prométete que no volverás a fumar nunca. Preguntate: “¿Quiero volver a ser un fumador?” Si la respuesta es “no”, ten en cuenta que ese solo un cigarrillo, en un abrir y cerrar de ojos puede convertirte de nuevo en un fumador empedernido.
Analiza las razones por las que volviste a fumar
Es fundamental preguntarse ¿Por qué volví a fumar? Ya que, si no conoces tus errores y debilidades, seguramente termines tropezando de nuevo.
Las razones por las que vuelvas a fumar son muy variadas. Es decir, pudo haber sido en una noche de fiesta con mucho alcohol, un día difícil en el trabajo o luego de un momento de estrés. Lo importante aquí es conocer los factores desencadenantes y saber cómo manejarlos.
Para tener una idea clara de lo que sucedió, hazte las siguientes preguntas:
- ¿Dónde fue?
- ¿Cómo era mi estado de ánimo?
- ¿Qué fue lo que lo ocasionó?
- ¿Cómo lo pude haberlo evitado?
- ¿Me arrepiento?
Entre más sinceras sean las respuestas, mejor serán las enseñanzas.
De igual forma en relación a este tema, otro error habitual es echarle la culpa a alguien de tu entorno y no aceptar tu responsabilidad. Recuerda, cuando nuestro éxito depende de las acciones de otro, es casi seguro que terminemos fracasando.
Prueba un producto de remplazo de nicotina
En el caso de que sea muy difícil para ti controlar las ganas de fumar, es una buena opción comprar algún producto que contenga nicotina para disminuir la abstinencia. La ventaja de productos es que se puede controlar más fácilmente tanto la adicción física como la psicológica.
Los métodos de sustitución de nicotina más comunes son los parches y chicles. Se venden en las farmacias (sin receta médica) o en internet, y tienen un precio parecido o menor al de las cajetillas de cigarros.
Otra opción son los inhaladores. Si bien, su efecto es todavía todavía más rápido que los parches o chicles, estos sí requieren receta médica y pueden ser más caros.
No tengas autocompasión
Sentir autocompasión es un arma de doble filo. Es decir, aunque te da consuelo en los momentos más complicados, es muy sencillo quedarse estancado en esta etapa y por lo tanto, difícil salir de ella.
Es importante saber que cerca del 80% de los intentos de dejar el tabaco fracasan, pero si fallas no lo des por perdido todo y trata que este intento esté en el 20% de éxito.
Como se dice normalmente: dale vuelta a la página y sigue adelante.
Únete a un grupo de apoyo
Seguir las experiencias de personas que han vivido lo mismo que tú, es sin duda bastante efectivo y valioso en los momentos más complicados.
Por fortuna hay una gran comunidad de exfumadores que están dispuestos a ayudar. Trata de rodearte de ellos y pregúntales tus inquietudes. Además puede usarlos como ejemplo a seguir para lograr tu objetivo.
Los grupos de apoyo no necesariamente tiene que ser una reunión física de tipo AA, en realidad hay cientos de foros y portales web donde puedes leer y compartir experiencias.
No te preocupes, con el tiempo las ganas de fumar desaparecerán
Un miedo bastante común es que “las ganas de fumar nunca desaparezcan”.
Si bien, los efectos de la dependencia física duran apenas un par de semanas (los famosos “10 días sin tabaco”), en el caso de la dependencia psicológica puede tardar un poco más en superarse.
Entonces ¿En cuánto tiempo se van las ganas de fumar?
La respuesta no es sencilla porque va a depender de cada persona. Sin embargo, si te das cuenta que fumar no te aporta nada más que sobrellevar la adicción a la nicotina, tal vez en cuestión de días no te vuelvan a dar ganas de fumar nunca más.
Como bien comentaba Allen Carr: “Cuando reviertes el lavado de cerebros que tienes sobre el tabaco ¡Felicidades! Oficialmente te has convertido en un verdadero no fumador”