Muchos fumadores, especialmente los que llevan más tiempo fumando, tienen la idea que luego de años de inhalar humo de cigarrillo, en sus órganos ya hay un daño irreparable. Aunque hay cambios que difícilmente se lleguen a revertir, afortunadamente el cuerpo puede adaptarse rápido y mejorar significativamente luego de dejar de fumar.
De acuerdo a una investigación reciente del Medical News Today, algunos pacientes que sufrían algún tipo de enfermedad pulmonar ocasionada por el tabaquismo (EPOC y enfisema moderado), luego de dejar de fumar mejoraron considerablemente su salud luego de un par de meses. Esto significa que incluso en los casos más complicados, el dejar el cigarrillo puede ser beneficioso.
Dicho esto ¿Qué le sucede al cuerpo luego de apagar el último cigarricllo? En este artículo te daremos la respuesta.
Durante el primer día
Ya desde las primeras 24 horas se notan cambios importantes en el cuerpo.
- Una hora después de fumar, los vasos sanguíneos se relajan y la presión sanguínea se regulariza.
- A las 3 horas, casi toda la nicotina en sangre ha desaparecido. Los niveles de oxígeno se regularizan.
- Para las 12 horas, los niveles de monóxido de carbono han disminuido casi a los del nivel de un fumador. En algunas personas durante este momento disminuye levemente la temperatura en las extremidades.
- A partir de las 8 horas en personas que sufren una tolerancia considerable a la nicotina, es cuando el síndrome de abstinencia (dolor de cabeza, mareos, mal humor, etc.) se empieza a manifestar.
Durante los primeros tres días
Luego de pasar el primer día sin muchos contratiempos, inicia la etapa de recuperación y adaptación.
- En las primeras 48 horas el pulso ya debería estar completamente normalizado.
- Entre las 48 a 72 horas, el 95% de la nicotina ya se eliminó del cuerpo.
- El riesgo de sufrir algún coágulo disminuye a la mitad.
- Las vías respiratorias se empiezan a destapar.
- Sentidos como el olfato y el gusto ya han mejorado considerablemente para el tercer día.
Durante los primeros 15 días
A partir del cuarto día a la segunda semana, es cuando se empiezan a notar los cambios más radicales. También es un momento clave durante el proceso ya que durante este periodo es cuando hay más recaídas.
- El riesgo a sufrir un ataque cardiaco ha disminuido un 20% (en el caso de que no haya afectaciones graves).
- Las terminaciones nerviosas afectadas por la nicotina se empiezan a regenerar.
- El apetito aumenta y crece la probabilidad de sufrir insomnio.
- Disminuye la cantidad de mucosa en las vías respiratorias, por lo que el sentido del olfato se normaliza completamente. En relación a esto, algunas personas describen que tienen “sabor a cenicero” en la boca.
- A partir del día 10, el síndrome de abstinencia físico desaparece completamente.
Luego del primer mes
La etapa más complicada normalmente son las primeras 3 semanas. Después de este periodo, prácticamente las ganas de fumar son más psicológicas que físicas.
- Para el primer mes, la función pulmonar ha mejorado entre el 10 al 25% (en fumadores más severos). Las manchas amarillas de las uñas han desaparecido.
- Luego de la semana 6, la tolerancia a la nicotina es equiparable a la de un no fumador. Algunas personas consideran que tienen más energía.
- Al segundo mes, la probabilidad de sufrir algún resfriado o síntoma de alergia, es similar al de un no fumador. La química cerebral se ha controlado.
- Para el tercer mes, toda la nicotina del cuerpo se ha eliminado completamente, así que técnicamente en este momento ya no debería de haber ningún tipo de dependencia a la sustancia.
- Para el cuarto mes, el riesgo de sufrir EPOC puede disminuir hasta un 30%.
Pasando los 6 meses
Luego de los primeros 3 meses, el cuerpo entra en un periodo de adaptación más progresivo, pero igualmente importante. A los 6 meses, muchos especialistas ya consideran a la persona como un “no fumador” ya que las probabilidades de sufrir una recaída son casi iguales a las de dejarlo para siempre.
- Al sexto mes la capacidad pulmonar ha mejorado más del 80% (en algunos casos hasta el 100%).
- La tos desaparece.
- El riesgo de sufrir una enfermedad respiratoria grave se ha reducido a la mitad.
- La piel y el pelo se ven más saludables.
- En el caso de que no haya daño severo, los pulmones se han curado significativamente
Luego del primer año
Para el primer año sin fumar, el cuerpo está a medio camino de un proceso de recuperación completo (en el caso de fumadores moderados).
- Después de 12 meses, la probabilidad de sufrir un problema cardiaco es casi la mitad que la de un no fumador. En exfumadores moderados, el riesgo de sufrir EPOC también se ha reducido casi en su totalidad.
- Para este momento, los exfumadores subieron entre el 2 a 5% del peso corporal. Ver más ¿Dejar de fumar te hace subir de peso?
- Luego de 3 años, la posibilidad de sufrir un derrame cerebral es casi la misma que la de una persona que nunca ha fumado.
- A los 5 años, el riesgo de sufrir varios tipos de cáncer relacionados con el tabaquismo disminuye entre el 30 hasta el 50%.
- Luego de 10 años en fumadores moderados, la probabilidad de sufrir cáncer de pulmón es casi la misma que la de una persona a que nunca ha fumado. En el caso de fumadores más severos (más de 10 años fumando un paquete al día), el riesgo de sufrir este tipo de cáncer se reduce un 50%.
- Después de 15 años, el riesgo de morir de alguna enfermedad relacionada con el tabaquismo disminuye casi un 100% en personas que fumaban de forma moderada. Así mismo, la probabilidad de sufrir una enfermedad cardiaca es la misma que la de un no fumador.
- Luego de 25 años, la probabilidad de sufrir cáncer de pulmón en fumadores más ceberos ha disminuido un 90%.
Conclusión
No hay duda que el fumar es un hábito que ocasiona graves daños a la salud, sin embargo, si se deja el cigarrillo, el cuerpo tiene la capacidad de revertir gran parte del impacto negativo en poco tiempo.
Los beneficios para la salud comienzan en tan solo unos minutos después de la última bocanada de humo y continúan mejorando con el pasar del tiempo. Incluso en personas que llevan toda la vida con la adicción, el dejar de fumar puede mejorar su calidad de vida exponencialmente.